Aleluyas (la que está cayendo, 2)
Me preocupa el diálogo que transcribí en la entrega pasada. Lo sufrí, y por eso lo traje a esta bitácora, quería compartirlo con alguien. Alguien lo leerá, digo yo.
Y me quedé con la copla. Más que con la de hablar de muertos y cosas así, con la de “la que está cayendo”. Eso me llegó al alma. Es como si uno se evadiera con la música, y toda esta revista hiciera lo mismo. Como si uno rehuyera mojarse. Como si evitara eso que se llamaba el compromiso, el engagement. Que, en rigor, quería decir otra cosa, pero ahora no vamos a escarbar en ello.
Lo que hice fue ponerme a escribir aleluyas con cuestiones de actualidad: de la que está cayendo, vamos. Pero tenía que buscar consejo antes de subirlas a estas nobles páginas. Y fui a buscar a mi buena amiga Magnolia (la llamaré así).
Que se las leyó, cada vez con más risas.
Son las siguientes, todas de temas europeos; ya sé que faltan, ya sé. Faltan, por ejemplo, una de Arabia Saudí con Irán, que sería bastante europea, no crean. Tal vez en una próxima entrega.
Dulce Francia
En Francia va a ser así:
Al tocarle a los franceses
Sus pequeños intereses,
Se vuelven para Vichy.
Brexit
En Albión hay un malaje
Que no para de decir
Que ya mismo se va a ir.
Pero tan solo es chantaje.
Go home
Todo parece grandeza
Del Camerón de la Isla,
Pero tan solo es bajeza
De gentecilla egoísta.
Unión Europea
A una mujer locamente
Le dedicaba mi amor.
Mas tanto me traicionó
Que la olvidé totalmente.
Merkel
Maldades de ama de casa,
Y el voto allá le llovió.
Mas si buena se volvió
Promete haber urna escasa.
Polonesa
Lo de Polonia de hogaño
Acá nos lo conocemos.
Duró unos 40 años;
Poco más o poco menos.
Estatuas vaticanas
Que viene el ayatolá,
Hay que ponerse discretas,
Lo primero y principal:
Guardar el higo y las brevas.
Se hace tarde. Magnolia se ríe. Y a estas alturas ya no sé si se ríe de mis aleluyas o se ríe de mí. Pero sé que me va a invitar a cenar. Y a lo que se tercie.
Santi, me dice, más que aleluyas parecen fandangos de Huelva, como los que compone tu amigo Ricardo Bada, el de Colonia. Aunque, ya quisieras…